jueves, 22 de octubre de 2009

canallas

NIHIL!!! Vacío... eso resume la dosis de realidad alterna que tragué por 73 minutos. Me presentaron los canallas sin estar preparado, solo, desarmado y conflictuado. Llegué vacío ante la historia en tres cortes y salí aún más vacío. Desde la tina hasta la ventana Helena solo intenta encontrar como llenar su vacío. Y los demás son personajes que coinciden en espacio con ella, para reflejar que esta, mi generación, perdió el rumbo. Desestabilidad emocional, falta de cariño, desapego a la vida, familias "disfuncionales", poca autoestima. ¿En qué desemboca todo? En cumplir nuestros sueños para ser reales. Como Ortega escuchando su canción en la radio. Me golpeó y duro. Y me dejó indefenso para lo que habría de venir después... Vagar por Kitu otra vez, encapuchado, transmitiendo la nada que me inundó, invadiendo mi espacio con una nube gris, y me sentí monstruo por callar mi necesidad de una bofetada de ternura. Y luego el duelo con la inherente verdad, mi cobardía... Helena queda en mi mente, como otro yo. Y la búsqueda se mantiene latente, dentro...

"El humano tiene un vacío en forma de Dios".

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