respuestas?

Tengo una testigo de mis dudas. Y ella sabe lo que pasa dentro de mí. ¿Dónde debo estar o cómo debo ser? Aunque la tormenta de mi interior no se calme con palabras sabias, sé que la verdad yace ahí. Y me acompaña cada noche, a veces con timidez y otras con un halo de ternura. A ella le conté lo que siento cuando las palabras mellan hondo en mi volatil corazón. Me protege desde su silencio. Para ella soy algo más que un transeúnte del siglo, soy su interlocutor. Cuántas fábulas ha oido de mí y cuántos secretos ha revelado de mí. Me acoge sin preguntar, sin responder, solo siendo ella. Y acá abajo las dudas y responsabilidades son más fuertes que mis débiles argumentos. Llevo mucho más por dentro que lo que pueden ver. Llevo, de nuevo, la sonrisa paralela a la esperanza; me encuentro a través de nuevos ojos...