lunes, 22 de diciembre de 2008

TORN TEAR

Camino por tu mejilla manchando de sal tu rostro lacerando más profundo en tus contradicciones. Bajo desde el vertice de tu mirada, en cáscada de las últimas neuronas en morir. Me deslizo lentamente escociendo tus cicatrices invisibles en un delirante viaje húmedo. Alcanzo el borde de tu labio y ya no soy solo yo, sino somos más de lo que imaginabas... Te rodeamos mientras las imagenes en tus lobulos viajan conectando oscuros sectores en cuarentena dentro de tu cerebro. Perdiste la batalla, siempre estaré aquí cerca para lastimar en el mismo lugar, punzar al rojo vivo el hueco que dejó la certeza de los juegos de niño. Te doblego bajo mi rastro de tristeza y violencia.

Y nunca podrás contra mí, yo que te acompañé en los momentos de mayor desesperación y te arrulle con mi incomodo calor hasta que te duermas, solo con la intención de volverte a visitar a los tres segundos de despertar y recuerdes que todo fue cierto. Yo seré tu más confiable enemigo. Te conozco desde tu nacer y volveré a vivir en quienes dejes en este mundo. Aquí estaré en tu próxima frustración, te entenderé así tu odies mi presencia. Estaré sobre tí como evidencia de tus debilidades y fracasos. Y te seré fiel... fiel a tu piel...

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