Saber lo que uno vale... Tener claro qué uno es más allá de los demás. Así mismo, reconocer que los demás pueden hacer que uno quiera valer más.
Y hoy me hallo en inflación. Hoy mi valor supera mis propias expectativas, lo sé bien. Con todos los cambios y errores en mi camino puedo reconocer que hoy estoy de pie y con la frente en alto.
Eso no impide que el dolor y las cicatrices recogidas en el camino de vez en cuando nublen mi visión de futuro. Cada paso, aunque confuso, me impulsa en una dirección determinada.
Basta con saber el valor. Que lo sepas tú, no es mi problema. Te reto a intentar averiguarlo, aunque amaría que lo quisieras descubrir por cuenta propia. No va a pasar, hoy no.
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