Solo te permito matarme porque tú me devuelves la vida
Eres mi pasaje a las estrellas sin garantía de retorno
Busco al menos una señal de tu presencia ante la caída
Amar al sol desde las sombras es la ilusión del tonto
No me des la espalda porque puedo ver mejor tu alma
Libera mi gris existencia de toda innecesaria dolencia
Desde el exacto centro de la tormenta solo hay calma
Maldigo mi afecto cuando se rinde ante la indiferencia
No te detengas en el proceso hasta asegurarte mi muerte
Si mi corazón late corres el riesgo que lo haga por ti
Desde mi lugar a tu eterea presencia no existen puentes
Me refugio en la débil utopía de sentir que vuelves a mi
Ignora la presencia de los locos sueltos por esta ciudad
De los que aúllan y se detienen a charlar con la luna
Cada esfuerzo se ahoga ante su propia sutil inutilidad
Al final siempre quedará la esperanza, al menos una
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