domingo, 3 de marzo de 2013

Admito



Sé que no te hago falta, que nunca lo haré.
Que mis delirios son infantilismos a los ojos de todos.
Que mi corazón al vacío perdió su peso y su brillo.
Que tu vida continúa sin importar mi existencia.
Que tus días son más grises si pretendo ganarme un puesto.
Que mi lucha por ser el predilecto es inversamente proporcional a tu interés.
Que no importa los cambios que haga en mi esencia soy fruta pasada.
Que puedes muy bien seguir adelante sin la presión de un loco suelto.
Que todo lo que pretendo por satisfacer al mundo se vuelve contra mí por no enfocar mis esfuerzos.
Que tu independencia es falaz justificativo para repeler a los incautos de buena intención.
Que no soy lo que fui, ni lo que soy, ni lo que seré pues tus ojos ya decidieron qué ver.
Que no es la primera vez que ruego un espacio que no me pertenece.
Que nunca es igual el sentimiento cuando son dos los involucrados.
Que en tercera persona me acercas más a la soledad.
Que tienes las herramientas para causar las heridas pero la voluntad de no hacerlo.
Que personas como yo necesitan ser parte de algo más grande.
Que el significado del amor se deterioró con el tiempo, pero sé muy bien lo que aspiro.
Que ya lo he vivido, que ya lo he digerido, que ya lo he disfrutado, que no he aprendido.
Todo esto lo admito solo para dejar constancia de mi perspicacia.

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